Luis Varela – Escala en Tarazona

Cuando se vio en mi casa por primera vez la televisión, él ya estaba allí. Eran los sesenta, solo teníamos una cadena –habrá jóvenes que ni se lo crean- y era, claro, en blanco y negro.

El programa nos encantaba y se llamaba “Escala en Hi-Fi”. Yo tardé en saber qué significaba el título, pero apenas tardé nada en conocer el nombre de aquellos artistas que ponían la imagen mientras sonaban los éxitos del momento. Uno de ellos, y para nosotros de los más simpáticos era, un jovencísimo Luis Varela.

Hacían “playbacks”, aunque también desconocíamos el anglicismo. Y lo hacían muy bien, vaya que sí. Sin duda el que hizo más carrera y desde luego más variada fue nuestro hombre, el bueno de Luisito, como le llamaba nuestro Don Paco.

Luis Varela 01

Porque a Varela le seguimos viendo en Estudios 1 y poco a poco en las películas donde, entre otros, reinaba nuestro paisano turiasonense.  Hasta en cuatro ocasiones coincidieron en la pantalla, siendo la primera “La ciudad no es para mí”, título fundamental para comprender las dos décadas triunfales que adornarían su carrera.

Recuerda Javier Lafuente en su imprescindible “El don de la risa”, que cuando Martínez Soria se incorporaba a un rodaje preguntaba si había un papel para Luisito. Fácil resulta deducir lo entrañable de la relación que les unió a ambos, aunque les separaran tantos años de edad.

La carrera de Luis Varela se ha basado sobre todo en el teatro, incluyendo el lírico. Desde hace años viene interviniendo con frecuencia en los montajes del Teatro de la Zarzuela como primer actor y tenor cómico. Personalmente hubiera dado cualquier cosa por verle interpretar el Espasa de “La del manojo de rosas”, un papel que parece ideado por Carreño y Castro, letristas de D. Pablo Sorozábal, para que muchos años después lo interpretara nuestro hombre.

Estuvo Varela unos años apartado de la gran pantalla. Curiosamente comenzó este alejamiento con la desaparición de Don Paco… Sería Alex de la Iglesia quien le recuperaría a lo grande, dirigiéndole en “Crimen ferpecto”, en un rol divertidamente perverso. Cabe recordar que fue nominado para los goyas.

Y lo que es la vida: la tele, que lo había hecho popular cuando no había otra, volvió a colocarle en la cresta de la popularidad con su Antúnez de “Cámera café”. Para los más jóvenes posiblemente fuera un descubrimiento. Para los que ya peinamos canas –o ni eso- solo fue una confirmación de lo que ya sabíamos: de las dotes de cómico –entendido como halago y con mayúsculas- que atesoraba y sigue atesorando este hombre que ha pasado toda su vida actuando, ya que dicen las crónicas que lo hizo por primera vez con solo seis añitos.

Y no nos podemos olvidar del doblaje. Incontables sus trabajos en este campo, aunque me voy a permitir recordar uno: el de Robin en las series “Un hombre en casa” y “El nido de Robin”, enormes éxitos de cuando no había problemas de share.

Son abundantes los méritos de este hombre que sigue en la brecha, con el añadido entrañable de su vinculación con Tarazona. Primero por ser de los pocos que quedan que pueden presumir de haber actuado con nuestro paisano. Y segundo, por haber “sido” nada menos que Obispo de Tarazona. Que no está al alcance de cualquiera.    

FERNANDO GRACIA